Los temas de mi interés son variados. En algunas cosas podemos coincidir, en otras no. No necesariamente vamos a ser clones unos de otros pensando de una única forma y sin matices. Yo expongo mis valores, para mi son importantes y son el fruto de casi 40 años de reflexión. Pueden estar equivocados o necesitar un retoque, un aggiornamiento o un nuevo punto de vista. Pero ojo, no siempre lo nuevo es mejor. Y no siempre lo nuevo es justo y honesto. Yo sigo en mi misión autoimpuesta de tratar de exponer porque para mí son justos y honestos los valores que defiendo. Puedo equivocarme, pero lo hare buscando la justicia.

lunes, 12 de agosto de 2013

De ovejas y lobos


Imaginen un rebaño inmenso de ovejas pastando en una pradera verde y abundante en comida. Pero esta pradera no está exenta de enemigos. Hay muchos lobos que almuerzan oveja a diario. ¿Alguien imagina porque las ovejas no se imponen a los lobos? Tenacidad, constancia, perseverancia, además de astucia e inteligencia. Los lobos tienen todas esas cualidades. Las ovejas, desgraciadamente no. Quizás algún carnero se enoja de vez en cuando, da unos saltos y después lo deja y vuelve a pastar. Las ovejas tienen la concepción de vivir día a día. Vivir pensando solo en hoy: hoy como, hoy voy al pastizal. Hoy me reproduzco y hoy quizás muera. Hoy.
No imagina el mañana. Y ese es un gran fallo de las ovejas. Obviamente, las ovejas tienen instintos, se los llama gregarios. Se reúnen y así esperan que con su número puedan
asustar a los predadores. Claro, no todas las ovejas son iguales. Aunque todas son deliciosas. Siempre alguna se queda aislada, o se aísla, y esa es la presa.
Pero la oveja con su inconstancia la terminan haciendo presa de los lobos. Y en este mundo hay muchos. Algunos aterradores, otros simpáticos. Los astutos lobos conocen a las ovejas. Hace siglos que se las comen. Saben qué decir para que las ovejas se confundan, incluso los crean ovejas amigas. Como los lobos son inteligentes, van variando su aullido hasta hacer que parezca un balido. Y con ese balido convencen a las ovejas ingenuas de sus “buenas intenciones”. Entonces el lobo dice “yo no soy un lobo. Tampoco un anti-lobo. ¡Soy algo nuevo!” “Dejemos de pensar en todas las ovejas que nos comimos” sigue el lobo “nosotros sabemos que los lobos que nos precedieron han hecho cosas buenas también. No todo lo que hicieron es malo. Construimos a partir de lo bueno hecho por los lobos de los cuales descendemos”
¿Y saben qué? las ovejas anti-lobo, esas que balaban a voz en cuello contra la crueldad de los lobos, de repente empiezan a pensar “este lobo es nuestra salvación”. Otros lobos astutos entonces dicen ser más anti-lobos que el anti-lobo. Ellos son “ovejas con piel de lobo”. Alaban su propia coherencia. Pero como siempre, el instinto puede más. Y por eso, cuando ese lobo ve que el otro lobo “next-gen” gana ovejas, decide unírsele. Así son los lobos. Son animales de manada. Les encanta cazar. Más que la carne, les gusta la sangre, y la caza por el deporte mismo.
No hay lobos solitarios. Así que mientras los lobos se acercan al rebaño, parecen dividirse. De lejos parecen peleados. Pero atentos, es solo una estratagema para cazar ovejas. Y mientras, algunas ovejas más avispadas dicen “juntémonos todos los rebaños para protestar contra los lobos. Mostrémosles que somos muchos y fuertes” Y logran que se junten los rebaños. Y marchan. Y entonces alguna oveja dice, “pateemos la guarida del lobo” Las otras ovejas, horrorizadas lo imprecan “¡no! mostremos que somos mejores” “¡Tomemos la guarida!” replica la oveja valiente, “¡no! ¡Somos pacíficos!” “somos mejores” replican. Somos cobardes y nos asusta nuestro poder, deberían agregar, pero solo lo piensan y se asustan
Y así el mega-rebaño se dispersa, las ovejas se van contentas solo por haber mostrado que eran muchos. Las ovejas creen que el mero número, aunados a sus balidos confusos e histéricos, van a asustar a las manadas de lobos. ¡Pobres! No alcanzan a comprender que los lobos aúllan más fuerte. ¡Y encima pueden morder! Y si el rebaño nombra alguien para negociar con los lobos, bueno, juegan como los lobos quieren: separan a los complicados y pueden disponer de ellos.
El mega-rebaño no comprende que su fuerza es su unidad y su constancia. Cuando se separan, ceden, regalan el esfuerzo realizado a los lobos.
¿Y porque  no ganan? Por inconstantes. El mega-rebaño va tras lobos de aullido suave y tras otros predadores astutos: chacales, hienas, pumas.  Porque si en la pradera sobra algo, son predadores, amigos. Muchos y variopintos. Muchos se parecen a los lobos, otros los copian.
El problema es que las ovejas no son capaces de “pensar un líder oveja”, se sienten fascinados por los líderes lobos, chacales, pumas. Animales fuertes, bien armados y sin miedo. El problema, amigos, es que las ovejas seguiremos siendo devoradas por los líderes predadores. Siempre.
Necesitamos pensar un líder oveja. Parir un líder oveja.
Mientras no creamos que un líder oveja, salido de las ovejas será capaz de gobernar para las ovejas y no como tributario de los lobos, no tenemos destino.
Mientras sigamos yendo tras los poderosos lobos o pumas, seguiremos teniendo un solo destino: comida para las fieras. Ninguno está a salvo. No lo crean ni por un momento. Y si quizás el lobo no te coma hoy, porque es más fácil comerse una oveja más débil del rebaño, siempre recuerda, querido padawan:

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